Fervor de Buenos Aires: a 100 años del primer poemario de Borges.

El 21 de marzo de este año, en el Día Mundial de la Poesía, comenzaron a celebrarse los 100 años de Fervor de Buenos Aires, primer libro de poemas de Jorge Luis Borges.

 

En su primera publicación, Fervor de Buenos Aires incluyó cuarenta y seis poemas que narras las calles, los barrios y los arrabales de la ciudad, de la patria.

Plano de Bs. As. Acuarela de Norah Borges

Fervor de Buenos Aires (1923) no es estrictamente la primera publicación de Borges ni sus poemas son, por primera vez, leídos por el público. Borges ya había publicado varios de esos poemas, así como también los que componen Luna de enfrente (1925) y Cuadernos de San Martín (1929).

Sin hacer referencia a esa primera publicación de Borges a los 9 años cuando tradujo “El príncipe feliz” de Oscar Wilde y fue publicado en el diario bajo la firma de su padre, sus primeras publicaciones se realizaron fuera del país.

La familia de Borges viaja a Europa en 1914, cuando él tenía 15 años, y regresan para 1921. Hacia 1919 empieza a publicar algunos poemas e intervenciones críticas en revistas españolas y, así, pasa a tomar contacto con la vanguardia de España y participa de algunas tertulias como la de Rafael Cansinos Assens (poeta, novelista, crítico literario y ensayista español). Junto con él, Borges conforma un pequeño movimiento de vanguardia que se conoció con el nombre de “Ultraísmo”.

En esta época Borges publica en la revista sevillana “Grecia” y en la revista “Ultra”, de la cual él la funda para promover el credo ultraísta en España.

Tanto en la revista Grecia como en las publicaciones de la revista Ultra, como así también en las tapas de sus tres primeros libros de poesía, las ilustraciones son grabados de su hermana Norah Borges.

 

Los poemas de Borges de esta época, a diferencia de las creaciones de los años siguientes, giran en torno al presente moderno europeo, a la guerra y a la revolución rusa.

En 1921, Borges vuelve a Bs. As. con la primera experiencia de intervención en el campo literario español. Este retorno se construyó

Borges es alguien que ya es conocido en España y en Bs As. se lo esperaba como quien va a traer lo nuevo, va a traer la modernidad. Así él es recibido en el país como el “abanderado del ultraísmo” y, desde ese lugar, una de sus primeras actividades literarias es la fundación de la revista PRISMA, revista mural, publicación que crea y con ella hace una ocupación poética del espacio.

La poesía conquista la ciudad y el grabado, de Norah Borges, acompaña la poesía.

También, Borges, participa de otras revistas literarias de la época como PROA.

 

La familia decide volver a Europa en 1923, y Borges desea volver siendo un escritor ya editado; para ello reúne una cantidad de poemas que había publicado en diversas revistas más algunos inéditos y con ellos realiza una edición de autor de trescientos ejemplares en la imprenta Serrantes.

 

Una imprenta joven y el apuro por la edición llevó a una serie de errores en esta publicación: sale sin numeración, sin índice, algunos poemas quedan fuera ya que se debió ajustar el material a la cantidad de pliegos que tenían disponibles y, además, algunas erratas que se corrigieron en ediciones siguientes.

En su autobiografía, Borges cuenta:

El libro fue impreso en cinco días (…) Yo había pactado por una edición de sesenta y cuatro páginas, pero el manuscrito resultó demasiado largo y a último momento, por suerte, hubo que dejar afuera cinco poemas. […] El libro fue producido con espíritu un tanto juvenil. No hubo corrección de pruebas, no se incluyó un índice y las páginas no estaban numeradas. Mi hermana hizo un grabado para la tapa y se imprimieron trescientos ejemplares.

Presentarse en Europa con este libro tiene como objetivo presentarse ante este público y pares con un material y un programa totalmente diferente a lo que había publicado hasta ese momento. El recorte y estilo personal que v a amostrarles está vinculado, como ya había comenzado con Prisma, en una intervención del espacio. En este momento Borges busca hacerse un espacio dentro de la literatura profundizando el territorio y su territorio va a ser Bs. As.

En la edición de 1923, en un extenso prólogo que titula “A quien leyere” explica la acción programática que refleja en este poemario.

En ese prologo Borges indica con qué lengua quiere hablar, cuál es el territorio sobre el que va a hablar y el recorte específico que realiza sobre el territorio, al que llama “patria”; también va a señalar contra qué movimientos literarios se va a oponer y separar y a quién se va a acercar.

Este amplio prólogo se fue reduciendo para quedar solo en el último párrafo, en donde se presenta una idea más cercana a la construcción del Borges cuentista, en donde se pone de manifiesta la operación de la intercambiabilidad del lector por el escritor, ya que la gran operación estética y crítica es la de leer dado que según cómo leemos, escribimos.

 

PRÓLOGO
[a la edición de 1969]

No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otros veces incómoda, he sentido que aquel muchacho que en 1923 lo escribió ya era esencialmente ¿qué significa esencialmente?- el señor que ahora se resigna o corrige. Somos el mismo; los dos descreemos del fracaso y del éxito, de las escuelas literarias y de sus dogmas; los dos somos de Schopehauer, de Stevenson y de Whitman. Para mí, Fervor de Buenos Aires prefigura todo lo que haría después. Por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de algún modo, lo aprobaron generosamente Enrique Díez-Canedo y Alfonso Reyes.
Como los de 1969, los jóvenes de 1923 eran tímidos. Temerosos de una íntima pobreza, trataban, como ahora, de escamotearla bajo inocentes novedades ruidosas. Yo, por ejemplo, me propuse demasiados fines: remedar ciertas fealdades (que me gustaban) de Miguel de Unamuno, ser un escritor español del siglo XVII, ser Macedonio Fernández, descubrir las metáforas que Lugones ya había descubierto, cantar un Buenos Aires de casas bajas y, hacia el poniente o hacia el sur, de quintas con verjas.
En aquel tiempo, buscaba atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y la serenidad.

J.L.B.

Buenos Aires, 18 de agosto de 1969.

Borges piensa esta operación, como la piensan todas las vanguardias, en tiempo presente: “como se hace literatura hoy”. A partir de esta idea, son las variadas intervenciones y modificaciones que realiza en cada una de las ediciones de sus libros. Así se enfrenta Borges a este poemario y le dice a Bioy que son poemas incorregibles, que no se pueden publicar. Busca “mitigar los excesos barrocos”, descomprimir la recarga léxica del vocabulario y hasta elimina algunos poemas de la edición del 23.

¿Por qué estas correcciones? ¿Por qué los cambios? Quizás, porque Borges fue un escritor que pensaba que una obra siempre puede ser intervenida y que el presente puede cambiar el pasado. El modo de leer del presente cambia el sentido de algo que se escribió en el pasado. El proceso de corrección de los libros del veinte es una operación crítica que nos invita, hoy por hoy a otra lectura.

En este centenario, también, reflexionamos acerca de esa mirada poética que nunca estuvo escindida, en él, de la mirada crítica en su obra.