La Espada y la Cruz -

-por Benedetta Casini-

La Espada y la Cruz, curada por Guadalupe Chiotarrap y Laura Codega, se presenta como una sofisticada operación de activación del pensamiento crítico a través de la yuxtaposición de objetos pertenecientes a la colección neocolonial del escritor y diplomático Enrique Larreta, y más de 50 obras atravesadas por el pensamiento postcolonial, producidas por artistas argentines a partir de los años ’60.

Norberto Gómez y Daniel Basso en Salón Rojo

El Museo de Arte Español conserva la arquitectura doméstica original, impregnada de reminiscencias del Renacimiento, que enmarcan oportunamente la colección de muebles, tejidos, armas, cerámicas, pinturas y esculturas renacentistas y del barroco español, reunida por Enrique Larreta a principio del siglo XX.

Es solamente tras una mirada atenta que se desvelan las interferencias contemporáneas, sabiamente camufladas en distintos rincones de la casa: la mesa del comedor propone una infinidad de exquisiteces cerámicas de Nicolás Monti, que cuentan la historia de la criollización de la gastronomía argentina, resultado de la hibridación de tradiciones culinarias europeas. Más adelante, los marcos de Mariana Tellería, reconvertidos en símbolos de la pasión, condensan reflexiones sobre los conceptos de pecado, sacrificio, violencia corporal, deseo y culpa, que, importados con la colonización, condicionan la producción de subjetividad en las más diversas latitudes.

Enmarcada en la arcada española que recibe el visitante en la ex residencia del escritor, la obra de Luciana Lamothe es el caballo de Troya desde donde desembarcaron los enemigos para mimetizarse en territorio hostil y, desde el interior, preparar operaciones de sabotaje.

Obra de Luciana Lamothe

“Función en el hall central” es una máquina de guerra, ágil, sutil y aguda. Afilada como el conflicto que se propone lacerar, condiciona el movimiento de los visitantes obligándolos a continuar la visita siguiendo un recorrido perimetral.

Si bien resulta complejo individualizar un elemento distintivo en las producciones artísticas argentinas de las últimas décadas, La Espada y la Cruz propone un ejercicio prospectivo que permite poner en evidencia una tendencia trasversal, común a artistas de distintas generaciones: aquella de re-examinar constantemente las raíces de una cultura compuesta como la Argentina para proponer, con ironía y un cierto tono irreverente, nuevas lecturas posibles.

: Pablo Suárez y Oscar Bony

: Diego Bianchi y Josefina Labourt

: Norberto Gómez

Curaduría: Guadalupe Chiotarrap y Laura Codega.