Los libros imperdibles del 2021

-por Martín Casas-

Se acerca el verano y hay que ir haciendo acopio para que las vacaciones no nos encuentren sin buena literatura para leer junto al mar, montaña o delante del ventilador. Te contamos cuáles fueron los libros que marcaron el año que se va para que no te quede nada pendiente.

Seda metamorfa de Ana Ojeda

Una mañana, Seda despierta y al mirarse al espejo se descubre por primera vez como es, más allá de todo mandato, de cualquier aspiración: ni joven ni bella ni mujer, si por esto entendemos la serie de características que resultan en un ser obediente y paciente, siempre comprensivo, colaborador. A partir de esta revelación, iluminación profana, Seda iniciará un camino de autoexploración que le costará el trabajo, el alquiler, varias amigas y parientas, pero que le dará a cambio la libertad.

Somos sobrevivientes AA.VV.

Ocho escritores y escritoras escucharon a ocho sobrevivientes de abuso y contaron sus historias desde un lugar de empatía y de denuncia con la mejor herramienta que poseen: la palabra. Ahí donde el silencio es cómplice del abusador, la palabra es aliada de las víctimas. Las historias reflejadas en esta antología permiten ver más allá de lo silenciado, conectando dolores solitarios con el dolor común, en una invitación a dejar de callar y animarnos a soñar juntos con un futuro más luminoso. Claudia Aboaf, Félix Bruzzone, Gabriela Cabezón Cámara, Juan Carlos Kreimer, Fabián Martínez Siccardi,  Sergio Olguín, Claudia Piñeiro y Dolores Reyes participan de esta propuesta que es una invitación al diálogo, al debate, al encuentro, al pensar y al hacer en favor de la infancia.  ¿Cómo se narra el abuso? ¿Cómo se rompe el secreto que el abusador impone con amenazas? ¿Cómo se habla de un dolor y una vergüenza que la mayoría de las veces ocurre dentro de la familia? ¿Cómo se cuenta que alguien ha sido sometido por un padre, una madre, un hermano, un abuelo, un vecino? Este es un libro incómodo, habla de la violencia ejercida por adultos contra menores de edad que dejaron marcas y condicionaron sus vidas. Habla de situaciones difíciles que ocurrieron en infancias que no fueron cuidadas, en las que se abusó de su confianza, de su integridad física y de su salud mental.

Una mujer poco probable de Tatiana Goransky

Martina y Leo están casados hace más de veinticinco años. Un vuelo accidentado hace que sus vidas corran peligro y que cada uno la repase en un momento vertiginoso y crucial. Si estuviésemos a punto de morir; ¿Cómo veríamos nuestras acciones; qué pensaríamos? ¿Volveríamos a elegir a la persona con quien compartimos la vida; con sus obstáculos; hijos; amantes y desgaste? Una novela atrapante que invita a reflexionar sobre las luces y las más variadas sombras de las decisiones que formaron quiénes somos hoy.

Desmembrado de Joyce Carol Oates.

Ahonda en las vidas de niñas y mujeres vulnerables: unas se convierten en víctimas mientras otras se ven incitadas por un profundo malestar emocional a cometer actos violentos contra los demás. En Desmembrado, el relato que da título al libro, una niña precoz de once años, llamada Jill, se sube al Chevrolet azul celeste de un pariente de la familia, un hombre atractivo y misterioso, que la conducirá a un destino incierto e imposible de olvidar; en «El pasadizo», finalista del premio Edgar al mejor relato breve, una viuda regresa de manera obsesiva a la casa que antaño compartía con su marido, hasta que una invitación a entrar por parte de los nuevos propietarios adquiere visos amenazadores; en «La chica ahogada», una estudiante universitaria se obsesiona con el caso de una mujer que murió ahogada o fue asesinada. Todos ellos son relatos sobrecogedores, Joyce Carol Oates consigue inquietarnos con sus historias construidas en el territorio del miedo.

El Mal Menor de C. E. Feiling

Inés Gaos advierte que cuando un acontecimiento extraño irrumpe en su vida parece precipitar una serie. Las fuerzas del bien y del mal comienzan a disputarse los territorios compartidos a veces por la vigilia y el sueño. Nelson Floreal; un cincuentón florido que habita el barrio de San Cristóbal; no es ajeno a los hechos. El mal de esta novela de C. E. Feiling; aun el mal menor; es enorme. Inevitable; secreto y concreto: avasallante. Ocupa cada partícula de la realidad que la ficción trata de proteger o aislar. Leerla es encontrar un espacio y un género deshabitados por la novela argentina: el terror; cuya dramática emergencia se encarga la novela de C. E. Feiling de subrayar. ¿O de atenuar?

Glosa de Juan José Saer

Viaje irónico, viaje sentimental, Glosa concentra en su peripecia, que es una epifanía, los núcleos básicos del mundo de Juan José Saer, para quien narrar es, antes que nada, delimitar el espacio y una voz. ¿Qué fue lo que realmente sucedió esa noche en la fiesta donde se festejó al poeta Jorge Washington Noriega? En una caminata por el centro de la ciudad, Ángel Leto y el Matemático reconstruyen esa fiesta en la que no estuvieron pero conocen bien: circulan distintas versiones, todas enigmáticas y un poco delirantes, que son revisadas y vueltas a contar y discutidas o rectificadas. En esa larga conversación cruzan anécdotas, recuerdos, viejas historias o historias futuras: Ángel Leto, por ejemplo, no sabe aún que va a morir, en un departamento clandestino, acorralado por la represión, empujado al suicidio.

La inocencia de Marina Yuszczuk

En La inocencia hay una voz que se pone a novelar la historia de una madre que decide entrar a una religión cerrada y fundamentalista. La hija, que es solo una nena, la sigue, como a una bruja en el bosque. A partir de esa decisión, la hija pasará su infancia y juventud bajo los influjos de «la religión», tratando de atisbar eso que quedó del otro lado del cerco de prohibiciones con el que está resguardada. Para contar su historia –que abarca desde la infancia a la juventud, y pasa por sus estudios, su vida como predicadora, sus relaciones y vida sexual–, la hija reescribirá pasajes de la Biblia, películas y cuentos de hadas. Con esos materiales, muy distintos entre sí, pero editados y transformados en el discurso de la novela, a la narradora le llegará el momento de la confesión y el juicio. Aficionada a la literatura, a la invención religiosa y a traspasar los límites entre ambas, la voz que construye Marina Yuszczuk es la de un personaje memorable y, con ella como protagonista, elabora una novela que ofrece muchas y muy ricas lecturas.

La otra hija de Santiago La Rosa

El nacimiento de su hija Luna no trae certezas para el joven protagonista de esta novela sino miedo y preocupación, y es en su padre adónde va a buscar consejo, como lo hizo siempre. Pero ese hombre brillante y encantador, que viaja por el mundo dando conferencias y parece tener la mejor solución en cualquier circunstancia, de un día para el otro desaparece de su vida sin dar explicaciones. La decisión es tan inesperada que no puede sino despertarle un sinfín de preguntas. ¿Quién es en verdad su padre? ¿Qué lo hizo actuar así? ¿Qué hay de cierto en todos los relatos que le contó? En la galería oscura que parecen ser las muchas vidas que ha tenido, hay un misterio que obsesiona al protagonista: ¿qué ocurrió con su primera esposa e hija? Mientras se esfuerza por llevar adelante una familia y entenderse con la pequeña Luna, se da cuenta de que, hasta que no encuentre algunas respuestas, no podrá escribir su propia historia ni estar en paz.
La otra hija es una novela honda y perturbadora. La sobriedad de su prosa esconde un dominio perfecto de lo que se dice y lo que se calla y por eso sorprende, cautiva y conmueve tanto.

Las Primas de Aurora Venturini

Historia de iniciación ambientada en unos equívocos años 40 que despliega el mundo tortuoso de una familia disfuncional de clase media baja de la ciudad de La Plata: una casa sin hombres y llena de mujeres, todas minusválidas, con alguna deformidad física, mental o imaginaria. Una niña de doce años condenada al olvido, o incluso a un destino más cruel, sale adelante y se convierte en una pintora famosa. Las mitologías del barrio, la familia, la sexualidad femenina y el ascenso social a través de la práctica de las Bellas Artes aparecen puestas en escena y desmenuzadas por la voz inconfundible de la narradora, Yuna, una primera persona que contempla el mundo con una mirada salvaje, a la vez cándida y brutal, perspicaz y ensimismada, y lo narra con una prosa que pone en peligro todas las convenciones del lenguaje literario. A mitad de camino entre la autobiografía delirante y el ejercicio impúdico de la etnografía íntima, Las primas consagró a su autora, Aurora Venturini, como una de las narradoras más interesantes de la literatura argentina contemporánea.