María Luque: «Dibujo lo que puedo ver y entender»

María Luque
– por Verónica Glassmann –

María Luque es rosarina y vive en Buenos Aires, es una de las ilustradoras jóvenes con más éxito en Argentina y en los países de habla latina. Desde 2005, exhibe sus trabajos en museos y galerías de Argentina, Chile, Perú, México y España. Publicó La mano del pintor, una novela gráfica en la que acompaña a Cándido López por la Guerra de Paraguay, Espuma y, luego, Casa Transparente con el que ganó la primera edición del Premio de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas, organizado por la Feria del Libro de Guadalajara. Noticias de pintores es su tercer libro en el que se dedicó a investigar sobre la vida de pintores. Sus dibujos tienen un estilo único, genuino, fresco y cálido que la diferencia del resto.

 

¿Cuál es tu formación artística?

Estudié pintura, no terminé la carrera, pero seguí estudiando en talleres con artistas y haciendo residencias y sobre todo aprendiendo de mis amigues. Me gusta pensar que eso es algo que no termina nunca y que siempre van apareciendo cosas nuevas por descubrir.

 

¿Cómo es tu experiencia con la pintura?

La pintura es últimamente el medio que más disfruto porque me gusta mucho el momento de preparar los colores. Es casi goloso ver cómo se van mezclando y se van acercando a lo que yo me imaginaba. Fue cambiando con el tiempo porque antes usaba otros materiales, acuarelas, acrílicos, pero hace algunos años descubrí el gouache que tiene lo mejor de esos dos mundos que yo conocía. Tiene una saturación de color que a mí me hipnotiza. Estoy fascinada con ese material y no puedo salir de ahí.

 

¿Cómo pasas de la pintura a la serie de ilustraciones que narran una historia?

Me gusta pensar el dibujo de distintas maneras. Hay veces que son solo dibujos sueltos que quedan en un cuaderno, otras se convierten en una serie porque hay cosas que me gusta repetir y que no me canso nunca de dibujar. Hay veces que aparecen ideas para libros. Es un poco difícil de explicar el proceso pero yo me doy cuenta cuando me dan ganas de repetir mucho algo. Me pasó, por ejemplo, con el libro Noticias de Pintores, yo tenía pensado hacer algo cortito de dieciséis páginas y durante el proceso descubrí que podía contar muchas cosas más. Así aparecen las ideas para los libros, pero en cada caso siempre fue distinto. No hay un método en el que primero hago un dibujo y después lo trasformo en otra cosa. Con cada libro es diferente.

La mano del pintor

 

¿Cómo explicarías la diferencia entre un dibujante y un ilustrador?

Cuando me preguntan, siempre digo que soy dibujante. Creo que soy ilustradora solamente cuando alguien me manda un mail y me dice “este es el texto, el formato del dibujo es así, hay que mandarlo con estos colores”. Me siento ilustradora cuando me dan órdenes. Para todo lo que sea hacer lo que yo quiero me considero dibujante y es lo que más me gusta hacer. Soy ilustradora porque es un buen trabajo y está bueno pero lo que más disfruto es hacer cosas para mí, proyectos que surgen por mis propias inquietudes.

 

¿Hay relación hay entre tus dibujos y lo autobiográfico?

Mi trabajo suele ser bastante autobiográfico. En La Mano del Pintor y Casa Transparente hay una gran parte de mí, aunque tampoco es cien por ciento real, se va mezclando con la ficción y con lo que a mí me gustaría que fuera la vida. No siempre es un reflejo totalmente fiel. Me parece muy difícil no hacer cosas que no tengan un vínculo con la realidad, con mi propia vida, porque es lo que más conozco y, por lo general, me sale dibujar sobre lo que tengo enfrente, lo que puedo ver y entender.

 

La mano del pintor es una novela gráfica que cuenta la historia del encuentro imaginario entre vos y el pintor Cándido López (1840-1902). ¿Cuál es la historia familiar que te une con esa narrativa?

En mi familia siempre estaba la historia de Teodosio, mi tatarabuelo médico que había ido a la Guerra del Paraguay. Mi papá me contó esa historia una y otra vez a lo largo de mi vida. Con el tiempo y con mi interés por Cándido, que siempre fue un artista me había gustado mucho, descubrí que habían estado en el mismo batallón. Parte de la historia que continúa en el libro es lo que yo quisiera que pase. Es lo que yo creo que pasó, pero no tengo pruebas y tampoco las necesito. Me encanta pensar que un hecho familiar, que mi tatarabuelo haya estado ahí, me une un poco y me acerca a Cándido, que es uno de mis pintores más favoritos de todos los tiempos.

La mano del pintor

Casa transparente es un relato autobiográfico en el que contas cómo articulas tu trabajo de ilustradora con cuidar la casa de tus amigos cuando se van de viaje. ¿Cómo surgió esa idea y cómo fue el proceso de ese libro?

Casa transparente empezó por un pedido. Había una antología de historieta argentina que se llamó Informe. Me pidieron que dibuje y yo tenía una historia cortita para contar. Cuando la terminé eran solo seis páginas, me di cuenta de que podía seguir contando, que tenía ganas de continuar. Así estuve unos dos años dibujando. En ese momento era totalmente nómade, no tenía un lugar fijo de residencia y en cada lugar donde vivía siempre surgían historias que me parecían muy dibujables. Después, la novela descansó durante un tiempo porque yo no estaba del todo convencida, había capítulos que no me gustaban. En un momento me llegó la convocatoria al premio Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas y decidí sacarla del cajón.  La revisé, le cambié el principio y el final, saqué capítulos, la reordené y la mandé. Tuve la fortuna de que resultó ser la ganadora, entonces el libro se publicó.

 

Dedicaste un año entero a leer sobre la vida de pintoras y pintores de todas las épocas y lugares y de cada uno hay una anécdota. Tu último libro «Noticias de pintores» es la historia del arte contada a través de la vida de noventa y cinco artistas, dibujados solamente en rojos y azules ¿Cómo nació esta idea?

Yo lo había pensado en un principio como un fanzine cortito de dieciséis páginas. iba a imprimirlo en risografía, por eso en un comienzo la decisión fue de hacerlo solo en rojo y azul.  Rápidamente, me di cuenta de que tenía ganas de seguir dibujando, que dieciséis páginas era muy poco y que podía convertirse en un libro. Yo recolectaba historias, le pedía a amigues que me recomienden libros, iba a bibliotecas. Juntaba historias y, después, seleccionaba para dibujar. Un proceso de casi dos años que fue muy lindo porque en ese momento estaba viajando mucho y como era todo muy trasladable, con tan solo dos colores y papeles podía dibujar en cualquier lado. Disfruté un montón el proceso del libro.

Noticias de pintores

 

¿Qué es merienda dibujo?

Merienda dibujo es un proyecto que empezó hace mucho. Yo tenía un taller muy chiquito en la casa de mis papás, había una mesa en la que solo entraban dos personas. Me aburría dibujando sola, entonces una vez por semana invitaba a alguien a dibujar, sacaba unas fotos y las subía a un blog que, en ese momento todavía, se usaban. Para mí funcionaba como una excusa para conocer gente y hacerme amigues, aprender de ellos, sobre todo porque podía verlos dibujar, ver qué materiales usaban, hacerles preguntas. Con el tiempo el proyecto fue mutando un poco. Salí de ese taller chiquitito y empecé a hacer encuentros en espacios públicos más grandes e, incluso, llegué a organizar viajes: fuimos una vez a la isla en Rosario, a campamentos, a museos. Ahora no lo estoy haciendo más porque esos encuentros surgen de una forma más natural. No tengo mas el blog, pero me sigo juntando con gente a dibujar. Me sigue gustando mucho dibujar en compañía, pero ya no tengo necesidad de registrarlo y mostrarlo.

 

Crédito fotográfico: Catalina Bartolome. @retratos.profesionales