Proyecto Territorio: el arte en los barrios

Proyecto Territorios

-por Leonardo Lezcano –

Proyecto Territorio parte de una pregunta: ¿Se puede curar una ciudad? Para responderla los artistas Daniel Edwin Alva Torres, Gabriela Golder, Candela del Valle, Juliana Iriart, Edgardo Rojas y Agustina Woodgate tuvieron que ir de una ciudad a un barrio y de un barrio a una comunidad. Así, explorando el territorio y la cartografía, llegaron al barrio de Chacarita.

 

Proyecto Territorio es un programa público que desde el arte aborda diferentes problemáticas de los barrios en la Ciudad de Buenos Aires. Abordan uno por edición y lo piensan como una “sala” o “espacio” para que cada artista plantee una cuestión diferente.

Les seis artistas participantes de la edición 2021 en Chacarita, proponen una reflexión en torno a la memoria, la identidad y la transformación del barrio; así como también un diálogo entre sus distintas zonas por medio de señalamientos, hallazgos y recorridos. Los artistas se ocupan de abordar una problemática en torno a la reurbanización de la Villa Fraga, un núcleo habitacional surgido en los años 2000 que desde el 2017 atraviesa un proceso de reorganización. El programa curatorial no tiene por interés plantear respuestas, sino más bien preguntas como ¿De qué manera afecta la reurbanización de Villa Fraga a la identidad de Chacarita?

El recorrido planteado está constituido por espacios que invitan a interactuar a través de un enfoque lúdico, proponiendo nuevos paisajes y nuevas posibilidades de percepción y acción.

Desde la canchita del barrio, y en unión con la casa de un vecino de Fraga inmersa en “Todo lo que ven mis ojos es mío” de Edwin Alva Torres, pasamos por un sendero, un “Camino blando” de Juliana Iriart que une las dos caras de una misma pasión: el fútbol. Un conjunto de baldíos que nos convocan a pensar que “Todo lo que vemos son ruinas futuras”, obra de Candela del Valle. Plazas compartidas por todes se reinventan como sala de exposición a cielo abierto e invitan a reflexionar a partir de “Piedra Fraga” de Eduardo Rojas y el trabajo colectivo entre vecinos. Una “Rayuela” monumental, de Agustina Woodgate, nos conduce a través del juego por el barrio, para terminar en una despensa que pasó, durante cincuenta y ocho años, de generación en generación compartiendo, un espacio que nos dice que “Nada es ajeno” de Gabriela Golder.

Rayuela de Agustina Woodgate ha recorrido las veredas de varias ciudades. La obra consiste en una intervención en el espacio público hecha en colaboración con diferentes comunidades. Cada segmento sale de uno desagüe de la calle y va hacia otro. De esta manera, para construir la Rayuela, se utiliza el sistema de alcantarillado de la ciudad. Cada vez que se comienza un nuevo fragmento de la rayuela, los números continúan donde lo dejaron antes. La cantidad de números pintados ya ha superado los cinco mil.

Rayuela de Agustina Woodgate

Rayuela de Agustina Woodgate

 

Nada es Ajeno de Gabriela Golder es un cartel de neón que significa que, si nada es ajeno, todo es de todes. Está emplazado en la despensa de Luis, en Chacarita. Una despensa histórica, un punto de encuentro, una esquina simbólica en el barrio. Si hiciéramos el ejercicio de mirar a nuestro alrededor, podríamos entender que realmente nada es ajeno y que todo nos involucra.

Nada es ajeno, de Gabriela Golder

Nada es ajeno, de Gabriela Golder

 

Piedra Fraga de Edgardo Rojas son dispositivos de construcción colectiva a partir del registro de modelos hechos en talleres rodantes junto a la Comunidad de Villa Fraga. Las esculturas resultantes fueron condicionadas por el registro e impulso de los participantes en los talleres, logrando piezas de índole grupal, abiertas a la participación y al intercambio entre territorios.

Piedra Fraga de Edgardo Rojas

Piedra Fraga de Edgardo Rojas

 

Todo lo que ven mis ojos es mío de Edwin Alva Torres es el resultado de ejercicios de valor, consciencia e identidad realizados en comunión con los vecinxs de Villa Fraga. Por medio del dibujo y la memoria emotiva, detallan espacios que valoren del barrio, lugares que los representen, particularidades del territorio que hagan a la comunidad y que sientan suyo. Aunque estos lazos y espacios estén alterados o desaparecidos por la gentrificación.

Todo lo que ven mis ojos de Edwin Alva Torres

Todo lo que ven mis ojos de Edwin Alva Torres

 

Todo lo que vemos son ruinas futuras de Candela del Valle es una investigación sobre los baldíos urbanos: espacios considerados vacíos, inútiles, que poseen otra lógica dentro del ecosistema ciudad. A partir de modelos 3D generados por fotogrametría (reconstrucción de un objeto o espacio en un entorno digital a partir de fotografías), registros catastrales, archivos digitales y videos de registro de los baldíos, se construye una ficha memorial de cada uno.

Todo lo que vemos son ruinas futuras de Candela del Valle

Todo lo que vemos son ruinas futuras de Candela del Valle

 

Camino Blando de Juliana Iriart es un diálogo entre los dos clubes que existen en esta calle (El Club Atlético Chacarita Juniors y el Club Atlético Playón de Chacarita). Como si pudiéramos escuchar qué sienten y qué piensan las cosas que nos rodean o ocupamos: las casas, los clubes, los autos, las bicis, los colectivos. Un posible diálogo entre dos lugares habitados por personas que tienen en común un deporte y mucho más.

Camino Blando de Juliana Iriart

Camino Blando de Juliana Iriart

 

Como dos caras que, por ser parte de la misma moneda, no logran separarse, pero tampoco mirarse. Estas zonas de Chacarita nos hacen considerar el espacio público como resultado del disenso y la integración. Apuntan a una curaduría crítica que, mediante la lectura y la reescritura del territorio, permite tomar la vía pública como propia y establecer vínculos entre vecinxs y las distintas zonas que presenta el barrio.

El equipo curatorial está conformado por Juana de Oromí, Javier Sandoval Velásquez y Melissa Rolón y la realización del proyecto es posible gracias a la Beca Sostener Cultura II del Fondo Nacional de las Artes.